9 EFECTOS QUE LA MÚSICA CLÁSICA PRODUCE SOBRE NUESTRO CEREBRO
A la música clásica se el han otorgado desde siempre diversos
beneficios como reducir el estrés o provocar un mejor crecimiento de las
plantas (esto se lo tendremos que preguntar a nuestra bióloga, Marina, a
ver si es un mito o es completamente real). Pero, mientras esperamos a
saber si sería bueno ponerles a nuestros geranios una buena lista de
Spotify de Mozart o Bethoven, veamos algunos de los beneficios probados
de la música clásica en nuestro cerebro:
1. La música causa las mismas emociones que el habla:
Según algunos estudios, la música tiene la capacidad de provocar
escalofríos o hacer que nuestro corazón “se hinche de alegría”, incluso
en diferentes culturas.. Por ejemplo,
la música occidental causa emociones de excitación o alegría. Esto se debería a que
la música imita las características tonales de la emoción de la voz, aprovechando nuestra capacidad de comunicación y nuestras asociaciones culturales de la misma forma.
2. La música puede ayudarnos a recuperarnos tras un trasplante:
Pues si, según una investigación publicada en
The Journal of Surgery Cardiothoraic,
escuchar música clásica u ópera tras un trasplante de corazón puede
significar la diferencia entre el éxito y el fracaso, ya que
han
encontrado que la música reduce la ansiedad, el dolor y las nauseas,
incluso afirman que podría haber algún efecto sobre el sistema nervioso
parasimpático (una parte del sistema nervioso cuya función es
controlar cosas inconscientes de nuestro cuerpo, como la digestión).
Según la investigación, realizada con ratones que recibieron un
trasplante cardíaco,
la música clásica alargaba el tiempo de
vida del trasplante antes de que fallara respecto a otros tipos de
música, posiblemente mejorando el sistema inmune según los
investigadores, pero esto no está totalmente aclarado.
3. La música clásica puede reducir el dolor y la ansiedad:
Relacionándolo con el ejemplo anterior, una investigación realizada por el
Duke Cancer Institute encontró que
usar auriculares con cancelación de ruido y en los que se escuchara música clásica (en este caso se escuchaba a Bach),
redujo el dolor y la ansiedad durante una biopsia de próstata.
Normalmente se produce aumento de presión arterial por la tensión y
ansiedad, pero al poner la música no se dió tal aumento. Además, los que
usaron auriculares informaron que sintieron menos dolor.
4. Escuchar música clásica podría mejorar el rendimiento:
Según un estudio reciente del
Health Science Center de la Universidad de Texas,
los
médicos que escuchaban a Mozart mientras realizaban una colonoscopia
aumentaron sus tasas de detección de pólipos precancerosos por encima de
las referencias, y por encima de los médicos que no escuchaban música.
Incluso cuando los médicos conocían la finalidad del estudio, sus tasas
de detección saltaban del 27,1 % al 36,7 %, que no esta nada mal. La
investigación sugiere que esta mejora del rendimiento también podría
darse en más profesiones y en otras situaciones.
5. La música clásica puede bajar la presión arterial:
Si ya sabemos que reduce el dolor y la ansiedad, que nos digan que la
música también reduce la presión arterial no debería sorprendernos, ya
que también
reduce el estrés y esto, a su vez, afecta a la presión arterial,
según las comparaciones realizadas en un estudio de la Universidad de
San Diego entre música clásica y jazz, pop u otras. Como ya imaginaréis,
los que escuchaban música clásica tenían niveles más bajos de presión
arterial.
6. Escuchar música clásica podría combatir el insomnio:
Como ya os comenté, primero hay que dejar de fumar (o no empezar), ya que el tabaco afecta a la calidad del sueño. Y, si aún así tenéis problemas para conciliar el sueño, una investigación de la
Universidad de Toronto afirma que
escuchar
música clásica antes de dormir podría ayudar, ya que provocaría que nos
durmamos más rápido y que, además, durmieramos más tiempo (
¿para qué usar fármacos teniendo música? encima más económico oiga).
Esto se debería a los ritmos y patrones tonales de este tipo de
música, que crean un estado de ánimo meditativo y unas ondas cerebrales
lentas.
7. El “Efecto Mozart” mejora de forma temporal el razonamiento espacio-temporal y la memoria a corto plazo:
Pues si, Mozart también tiene un efecto, aparte de grandes obras
musicales. Este efecto consiste, según un meta-análisis de todas las
investigaciones realizadas hasta 1999 sobre el tema, en que
escuchar
a Mozart causaria excitación, lo cual provocaria una mejora temporal
del razonamiento espacial y de la memoria a corto plazo (pero
nada de mejorar nuestro cociente intelectual, que nadie se ilusione).
Según otro estudio realizado en 2003, esta mejora apenas duraría 15
minutos.
8. La música clásica puede fomentar el desarrollo del cerebro en los niños:
Si bien hace unas semanas os hablé de los beneficios que tenía tocar un instrumento desde pequeño, resulta que
este tipo de música ayuda a un mejor desarrollo cerebral, aunque no convierte en un genio a nadie. Pero, según un estudio realizado por el Dr. Gordon Shaw, de la
Universidad de California-Irvine,
los niños que escuchaban a Mozart y luego estudiaban piano tenían
mejores puntuaciones en matemáticas que los demas. Y, según otros
estudios, escuchar y practicar música podría ayudar a los niños a
desarrollar las habilidades espaciales y verbales y a fomentar el
auto-control.
9. La música clásica puede ayudar a aprender nuevos idiomas:
Esto me vendrá bien incluso a mi, que estoy planteandome mejorar mi
inglés e incluso el francés (el alemán, pese a los ánimos que me han
dado, sigue sin convencerme).
Según las investigaciones de la
Universidad de Illinois en 2005, s
e
encontraron pruebas de que escuchar música clásica mejoraba el
aprendizaje del lenguaje, ya que podría fomentar el aprendizaje de
gramática, vocabulario, mejorar la pronunciación y hasta ayudarnos a
apreciar más la cultura. Posteriormente, otros estudios
han apoyado estas conclusiones. Y, lo más impresionante sobre este
tema, es el método usado por el Dr. George Lazanov, profesor de lengua
extranjera, que usa música barroca para ayudar a sus estudiantes a
aprender 1.000 palabras de vocabulario de idiomas extranjeros en un solo
día con una precisión del 85 al 100% (si esto es verdad, habrá que
probarlo…).